• Las técnicas actuales de fabricación permiten una flexibilidad impensada hace 50 años y esto merece ser aprovechado.
• La oferta de boquillas es enorme pero no abunda la innovación.
• Un enfoque correcto de investigación y desarrollo debe apuntar a generar herramientas para facilitar la creación de nuevas boquillas y no limitarse a crear una o más boquillas.
• La flexiblidad absoluta puede resultar abrumadora para algunos pero necesaria para otros.
• Generalmente se utilizan argumentos engañosos para la comercialización de boquillas, por ejemplo contribuir a la falsa creencia de que podría lograrse el mismo sonido de tal o cual artista consagrado si se utiliza la boquilla que lleva su nombre o sus iniciales. Lo más probable es que para lograr el mismo sonido que otro saxofonista sea necesario usar otra boquilla que compense las diferencias físicas, aunque parezca paradójico.
• Debe reconocerse la capacidad de los saxofonistas para comprender el funcionamiento de la boquilla y la incidencia de cada una de sus partes en el sonido y desempeño.
• La forma de nombrar modelos de boquillas a veces contribuye a generar confusión. Esto sucede cuando varios fabricantes llaman a sus boquillas con nombres iguales o parecidos pero sus boquillas no lo son, por ejemplo "New York", "Jazz", etc.

Nos guía la convicción de que

• La información sobre las características de un accesorio tan importante como la boquilla deben ser transparentes y públicas.
• La boquilla es una pieza que cumple una función específica, no hay magia en eso, solo especificaciones.
• La totalidad de las características de una boquilla pueden especificarse.
• El cliente debe ser el dueño de las especificaciones de la boquilla, por ese motivo debe conocerlas de manera irrestricta.
• El rol del diseñador de boquillas debe ser orientar al cliente pero sin avasallar su libertad de elección, acotando las opciones en función de lo que el cliente requiera.
• El conocimiento sobre las relaciones causa/efecto entre las especificaciones de una boquilla y su desempeño deben ser de dominio público y contribuiremos a que así sea.
• Disponemos del desarrollo tecnológico suficiente para enfocarnos en lo que el cliente quiere/necesita pudiendo automatizar tareas que en condiciones normales demandan mucho tiempo.
• Los nombres de los modelos no deben contribuir a generar falsas expectativas ni llamar a confusión.
• La fabricación de boquillas debe realizarse de manera sustentable, evitando desechos tóxicos y reciclando aquellos que sea posible.
• Las boquillas deben ser de grado medicinal por el tipo de uso previsto. No deben contener componentes cuyo uso prolongado pueda tener efectos en la salud, ni componentes cuya inocuidad no haya sido demostrada.
• Las referencias multimedia de las boquillas deben incluir no solo a artistas consagrados sino también a músicos amateur, la única forma de tener una referencia válida de una boquilla es considerando un grupo lo más heterogéneo posible de saxofonistas, tanto de nivel técnico como de estilos. Desde nuestro lugar debemos trabajar para lograr la mayor variedad de referencias que sea posible para que las conclusiones que puedan obtenerse sean válidas.